Las pruebas rápidas de VIH son test de tamización que han sido usados desde hace más de dos décadas, pero en los últimos años se ha popularizado su uso.
Consisten en un dispositivo capaz de detectar la infección por VIH en saliva, orina o sangre capilar (muestra tomada del dedo) en 15 a 30 minutos; sin embargo, este tipo de pruebas solo se recomiendan para una evaluación inicial ya que su sensibilidad es relativamente baja, de 100 pacientes infectados, solo 86 tendrán un resultado positivo y necesita ser confirmado con otras pruebas de VIH como ELISA y Western-Blot.
El rendimiento de las pruebas rápidas es mucho más bajo en las primeras etapas, por lo tanto, es necesario que hayan pasado al menos tres meses desde la relación de riesgo para obtener un resultado fidedigno. No es necesario estar en ayunas para realizar la prueba.
Recuerda que el único método que previene las infecciones de transmisión sexual, incluyendo VIH, es el condón