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En primer lugar, la lesión por impacto de arma de fuego en el encéfalo es una situación bastante grave. Dentro del cráneo se encuentran estructuras encargadas de controlar el ritmo cardíaco y la respiración. Cuando una bala penetra en el cráneo, la fuerza del impacto ocasiona destrucción de las estructuras cerebrales encargadas de esta y otras funciones. Si el impacto además causó una hemorragia masiva, se crea un efecto de compresión al interior del cráneo, haciendo que éste se
hinche y comprima estructuras encargadas de funciones vitales. Esto ocasiona el paro cardiorrespiratorio, lo cual significa que la persona no tiene latido cardiaco ni respira. Si se hacen maniobras de reanimación en una persona con paro cardiorrespiratorio y se logra recuperar el latido cardíaco, la persona quedará con secuelas graves, como daño neurológico severo y posiblemente requiera de una máquina para respirar. Una persona con paro cardiorrespiratorio casi nunca sobrevive. Si se logró restablecer el ritmo cardíaco y además tuvo otros tres paros pues el pronóstico empeora. Una peculiaridad de los médicos es que somos formados para tratar personas , no para tratar máquinas, y las personas tienen la peculiaridad que tienen un ciclo de vida. Todas las personas mueren. A pesar de los esfuerzos médicos, no decidimos sobre la vida de las personas, sobre todo cuando tienen enfermedades o lesiones graves y en ocasiones la muerte es inevitable. La muerte es natural y ese es el destino de todos nosotros. La idea de que el médico debido a su formación debe de poder salvar todas las vidas es falsa, puesto que los médicos somos también personas y no somos divinidades con superpoderes capaces de impedir la muerte en todas las circunstancias.
Espero haber resuelto sus dudas y quedo al pendiente de cualquier situación.