El fibrinógeno puede considerarse como una molécula de inflamación. Sus valores pueden encontrarse elevados ante situaciones proinflamatorias como algunas infecciones, algunos tipos de neoplasias o alteraciones en la coagulación donde se aumenta el riesgo de formar trombos (coágulos en sangre).
En su caso, sería relevante evaluar posibles causas de la alteración según su contexto clínico. Es posible que en el momento no se trate de un factor de peligro o gravedad, se deberá evaluar en un nuevo control los niveles de fibrinógeno, si estos persisten elevados se iniciarán estudios adicionales.