En ausencia de alteraciones de la inmunidad o condiciones específicas de salud, el consumo de probióticos como la levadura de cerveza (Saccharomyces spp.) es seguro.
Si bien, se ha relacionado de forma prometedora con un efecto inmunomodulador, por ejemplo, en el manejo del resfriado común y en algún grado con la regulación calórica.
No hay evidencia conclusiva que sugiera un aumento de la masa corporal con su consumo. Es recomendable que acompañe su ingesta con actividad física de fuerza y una alimentación balanceada rica en proteínas.