El desayuno aporta, la energía para empezar el día especialmente después de largas horas de ayuno transcurridas desde la cena. Este debe aportar la cuarta parte de calorías diarias e incluir alimentos de al menos cuatro de los grupos básicos: Lácteos, cereales, frutas, aceites y grasas, proteínas, azucares etc.
• Lácteos (leche, yogur, quesos): son una buena fuente de
calcio, fósforo, magnesio, proteínas de alta calidad,
vitamina B12 y
Vitamina D, especialmente los lácteos enteros. La leche es el alimento mas completo pues contiene casi todos los nutrientes esenciales para el hombre.
• Cereales y derivados (pan, galletas, cereales integrales etc.): son imprescindibles en cualquier dieta por el suministro de vitaminas, fibra y minerales, pero sobre todo por su aporte de hidratos de carbono (almidón), que son una importante fuente de energía.
• Frutas: se recomienda su consumo por su alto aporte de micro nutrientes, minerales (magnesio y potasio), vitaminas hidrosolubles (principalmente
vitamina C), y fibra que favorece el transito intestinal.
• Aceites y grasas (mantequilla, margarina): constituyen fuentes concentradas de energía, aportan ácidos grasos esenciales y son vehículo de vitaminas como el
retinol,
vitamina D y
vitamina E.
• Alimentos proteicos (embutidos, huevos, carnes, pescados): aportan proteína de elevada calidad y contienen prácticamente de todo excepto
vitamina C, folato y caroteno. su relevancia es secundaria al momento del desayuno ya que son fuentes muy utilizadas al momento del almuerzo y la cena.
Lo importante al momento de decidir que desayunar, es que este sea balanceado y que incluya varios grupos de los antes mencionados. Varia diariamente el desayuno, evita la monotonía.