Realmente no existe evidencia de que las comidas picantes afecten la salud de los bebés durante el embarazo, por lo que las mujeres lo podrían consumir sin riesgo de hacerle daño al feto.
Pero algo si es claro, el picante podría empeorar o desencadenar problemas de gastritis y reflujo en las mujeres, lo que es más frecuente al final del embarazo,
Por lo tanto si usted desea consumir alimentos picantes lo puede hacer sin problemas, pero si llega a presentar gastritis o reflujo entonces debería suspenderlo para mejorar esos síntomas.