Es una enfermedad de tipo infeccioso, en la que se ve afectado el hueso y/o la médula ósea. La infección es causada comúnmente por bacterias; no obstante, puede ser causada por otros agentes infecciosos, como hongos o parásitos. Se clasifica según si tiempo de evolución: 1. Aguda (menos de 2 semanas), 2. Subaguda (2-4 semanas), 3. Crónica (mayor de 4 semanas. También se podrán clasificar según su vía de infección: 1. Hematógena (por vía sanguínea), 2. Por inoculación (Fracturas abiertas), 3. Por contigüidad (infecciones cercanas al hueso, Ej. Sinusitis). Su tratamiento es a base de antibióticos, y requiere tiempos prolongados de tratamiento; en algunos casos puede ser necesario realizar procedimientos quirúrgicos.
Una persona con esta enfermedad puede presentar:
Recuerda que aunque tengas uno o más de estos síntomas, debes confirmar el diagnóstico con tu profesional de la salud.
Puede existir otras manifestaciones además de las descritas, que son menos frecuentes.
Los siguientes signos y síntomas indican que debes acudir al servicio de urgencias , si la enfermedad ya es una urgencia acude inmediatamente o en horas:
Puede existir otros signos de alarma además de los descritos, que son menos frecuentes.
Sin el tratamiento adecuado, esta enfermedad puede causar:
Puede existir otras complicaciones además de las descritas, que son menos frecuentes.