El herpes neonatal ocurre por la infección por virus del herpes simple principalmente durante el parto a través del canal vaginal infectado. Otras formas en las cuales se transmite esta infección son por vía intrauterina, por contacto con personas con la infección como familiares, otros recién nacidos o personas en contacto con el recién nacido.
Entre las manifestaciones del herpes neonatal se clasifican en herpes neonatal localizado o herpes neonatal diseminado.
Presentación localizada: puede tener compromiso neurológico o cutáneo. Las manifestaciones neurológicas incluyen convulsiones, letargo, irritabilidad, temblores, disminución de la ingesta de alimentos e inestabilidad de la temperatura corporal, estos síntomas pueden o no asociarse a signos cutáneos como aparición de vesículas en la piel, ojos o boca.
Presentación diseminada: se caracteriza por el compromiso de múltiples órganos y sistemas como el hígado, pulmones, sistema nervioso, corazón, médula ósea, riñones, sistema gastrointestinal y piel. Entre las manifestaciones clínicas de esta presentación se encuentran la hepatitis, neumonitis, coagulación intravascular, encefalitis y aparición de lesiones en la piel tipo vesículas. En ausencia de tratamiento el riesgo de muerte es del 85%.
Para prevenir el herpes neonatal, es muy importante que la mujer en embarazo mantenga prácticas sexuales seguras que incluyen el uso de condón en todas sus relaciones sexuales y acudir a los controles prenatales.
Recuerda que aunque tengas uno o más de estos síntomas, debes confirmar el diagnóstico con tu profesional de la salud.
Signos de alarma
Los siguientes signos y síntomas indican que debes acudir al servicio de urgencias , si la enfermedad ya es una urgencia acude inmediatamente o en horas: