Lo ideal es tener un aseo adecuado de la piel, lavar con agua y jabón. Evitar manipular las lesiones y los folículos ya que eso puede infectarlo y producir nuevos forúnculos. Si aparece uno nuevo se debe lavar con agua, esperar a que éste tenga punto de drenaje y drenarlo. Si no hay mejoría, es necesaria una valoración presencial para determinar si se requiere nuevo tratamiento antibiótico. Es importante que se sepa que no hay un medicamento que impida la aparición de estas lesiones en la piel.