Los músculos que controlan la defecación y la orina son diferentes, cuando se realiza deposición se genera una contracción de todos los músculos pélvicos para hacerlo, generando además, presión en la vejiga y por eso orina al mismo tiempo. En cambio, orinar es un proceso que requiere menor esfuerzo y por lo tanto, no se genera un estímulo similar en el recto, por lo cual, el deseo no es tan intenso. Para orinar normalmente se requiere poca cantidad de orina, mientras que defecar requiere un bolo fecal más grande que estimule el reflejo.