La rubéola congénita es una patología de origen viral, que se produce por la infección del virus de la rubéola durante la gestación afectando tanto a la madre como al feto.
Afecta al feto en un momento crítico del desarrollo, en los primeros tres meses del embarazo; después del cuarto mes, es menos probable que la infección de rubéola en la madre ocasione daños al feto en desarrollo, siendo más precisos:
Se considera que la rubéola invade las vías respiratorias superiores, con la consiguiente viremia y diseminación del virus a diferentes localizaciones incluida la placenta.
Las patologías asociadas con este síndrome se pueden agrupar en la conocida Triada de Gregg, la cual comprende:
Una vez adquirida la enfermedad no hay tratamiento específico, sólo medidas de soporte. La inmunización es la única forma de prevención para esta patología, aplicada previa al embarazo.
Una persona con esta enfermedad puede presentar:
Recuerda que aunque tengas uno o más de estos síntomas, debes confirmar el diagnóstico con tu profesional de la salud.
Puede existir otras manifestaciones además de las descritas, que son menos frecuentes.
Los siguientes signos y síntomas indican que debes acudir al servicio de urgencias , si la enfermedad ya es una urgencia acude inmediatamente o en horas:
Puede existir otros signos de alarma además de los descritos, que son menos frecuentes.
Estos procedimientos podrían ser recomendados por tu profesional de la salud para prevenir esta enfermedad:
Sin el tratamiento adecuado, esta enfermedad puede causar:
Puede existir otras complicaciones además de las descritas, que son menos frecuentes.