El desprendimiento de placenta corresponde a una separación prematura parcial o total de la placenta del útero. La placenta es un elemento fundamental para mantener el bienestar del feto, por lo cual esta condición es altamente riesgosa para el feto y la madre. El despredimiento de placenta puede presentarse a partir de las 20 semanas de gestación y se presenta clínicamente con sangrado vaginal y dolor abdominal asociados al aumento de las contracciones uterinas y una frecuencia fetal alterada. Dependiendo de la gravedad de los síntomas y de ciertos parámetros clínicos, el desprendimiento de placenta se clasifica en leve, moderado o grave. Existen varios factores asociados que pueden favorecer a que ocurra el desprendimiento de la placenta, como lo son hipertensión arterial materna, traumatismos (caídas, accidentes de tránsito), tabaquismo, consumo de alcohol o de cocaína, cordón umbilical corto, ruptura prematura de membranas, parto gemelar, fibromas retroplacentarios, antecedentes de desprendimiento de placenta en embarazos previos, corioamnionitis, edad materna de más de 35 o menor de 20 años y hematoma subcoriónico.
Una persona con esta enfermedad puede presentar:
Recuerda que aunque tengas uno o más de estos síntomas, debes confirmar el diagnóstico con tu profesional de la salud.
Puede existir otras manifestaciones además de las descritas, que son menos frecuentes.
Los siguientes signos y síntomas indican que debes acudir al servicio de urgencias , si la enfermedad ya es una urgencia acude inmediatamente o en horas:
Puede existir otros signos de alarma además de los descritos, que son menos frecuentes.
Previene esta enfermedad con estas recomendaciones:
Estos procedimientos podrían ser recomendados por tu profesional de la salud para prevenir esta enfermedad:
Sin el tratamiento adecuado, esta enfermedad puede causar:
Puede existir otras complicaciones además de las descritas, que son menos frecuentes.