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El exceso de ejercicio puede dañar tus riñones

Medicina General 1979 veces leída

El afán por lograr un cuerpo atlético o, incluso, por bajar esos kilos de más, lleva a muchos a poner su cuerpo al límite y a adoptar riesgos innecesarios que, a veces, pueden dejar daños irreversibles. La rabdomiólisis es tal vez, una de las consecuencias más severas y de la que poco se habla, lo más grave es que de no ser atendida a tiempo los riñones pueden terminar con daños irreparables. Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, la rabdomiólisis se genera cuando el músculo sufre daños posteriores a una fatiga exagerada o, mejor dicho, cuando la persona se excede en actividad física, lo que genera liberación de una proteína contenida en la fibra muscular que, al ser filtrada por los riñones, provoca daño renal. Si bien son múltiples las causas de esta enfermedad, otra asociada al ejercicio es la deshidratación grave.

Pero ¿cómo reconocer las primeras señales de rabdomiólisis? Al respecto, se sabe que entre los síntomas se cuentan:

-Orina de color oscuro y disminución de la producción de orina.

-Debilidad generalizada.

-Rigidez o dolor muscular y articular.

-Sensibilidad muscular.

-Fatiga.

-Convulsiones.

Así las cosas, cuando de hacer actividad física se trata es fundamental evaluar las condiciones particulares. Por esa razón, antes de practicar cualquier deporte o ir al gimnasio, el entrenador Yobany Moreno sugiere, para quienes nunca han hecho actividad física, como primer paso visitar al médico para identificar si existe algún riesgo o patología, “el médico será quien dé el aval e indique si la condición física y de salud es apta para iniciar la vida deportiva”.

Agrega el entrenador que estas personas deberán comenzar con una actividad no superior a 30 minutos, haciendo calentamiento activando la parte cardiovascular y terminando con un adecuado estiramiento, esto para evitar lesiones musculares. Si la opción es contar con un entrenador personalizado, asegurarse de que tenga experiencia en el tema y adapte la actividad física a las condiciones y necesidades de la persona es clave para evitar lesiones o consecuencias más severas.

“Si después de la actividad física no se hace estiramiento se corre un riesgo muy alto de sufrir lesiones musculares y articulares. Además, es muy importante la hidratación antes, durante y después de la actividad física, así el cuerpo recupera los líquidos perdidos”, enfatiza el entrenador.

Finalmente, para aquellos que dejaron por un tiempo el entrenamiento y desean retomarlo, iniciar con actividades de trabajo funcional es la recomendación, así se logra una activación general de todo el cuerpo. Al respecto, Moreno sugiere llevar a un segundo plano las cargas frontales y laterales e incorporarlas en el plan de entrenamiento una vez se haya conseguido acondicionar el cuerpo para iniciar el trabajo de levantamiento de pesas.

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Natalia Ospina Vélez
Natalia Ospina Vélez https://www.1doc3.com

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