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¿Te sientes muy cansado? Escucha lo que dice tu cuerpo

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Cansancio y fatiga

Sentirse agotado no es solo cuestión de excesos laborales, académicos o físicos. Algunas enfermedades también pueden cursar con ese mismo síntoma.

Ana María Restrepo conoce muy bien qué es eso de la falta de sueño y no dormir bien, tanto que en ocasiones ha debido luchar con el despertador para no tener que salir de su cama: “hay días en los que atraso el despertador, cuando nunca lo había hecho, no me da para pararme”, recuerda.

Mientras lees este artículo quizás te sientas identificado. A todos nos ha pasado no querer levantarnos de la cama y siempre nos prometemos esos “5 minuticos más”. Pero cuando situaciones como estas se vuelven recurrentes y vienen acompañadas de otras señales, es cuando el cuerpo habla e indica que algo puede andar mal.

“Esto ya me ha pasado 3 veces el año pasado y 1 en lo que va corrido de este. Cuando me da eso a veces siento malgenio, migraña y algunas veces, sin motivo, tristeza. Hay días en los que lloro por todo”, cuenta Ana.

¿Más horas de sueño? ¿Más descanso? ¿Qué hacer? En el proceso de resolver la situación Ana María acudió al servicio médico y de allí la única respuesta fue: tomar pastillas para dormir. Pero el resultado no ha sido el más efectivo: de 7 días que tiene la semana, solo logra conciliar el sueño 3, el problema sigue latente y el agotamiento la sigue derrumbando.

Qué significa el cansancio excesivo

Señalan los expertos que la primera causa que hay que buscar cuando se presenta una situación como estas es la falta de sueño y el tiempo que se dedica a otras actividades. “El cansancio severo, la mayoría de las veces, se da por exceso de estudio, de trabajo o de actividad física. Cuando el tiempo que le dedicamos a estas labores sobrepasa el tiempo de descanso es cuando comienzan a aparecer esos síntomas”, señala Mauricio Salinas Giraldo, medico asistencial y administrativo del grupo EMI.

Y si además de fatiga, aparecen otras señales como incapacidad para hacer las cosas o falta de ánimo, más allá del sueño es necesario buscar otras razones, entre ellas: alimentación no adecuada y descanso no reparador por causa, por ejemplo, de una apnea del sueño. “La principal causa del cansancio no es por enfermedad sino por estilos de vida. Hay que preocuparse en el momento en que ese cansancio interfiere con la vida diaria, es limitante, la persona no es capaz de cumplir con sus actividades normales. Eso debe alertar, además cuando se presentan síntomas adicionales al cansancio como asfixia, hinchazón, baja tolerancia al frío o constipación”, advierte Leonardo Mejía, internista del Hospital Universitario San Vicente Fundación.

¿Cuándo el cansancio es señal de enfermedad?

Si una vez hecho el análisis, ninguno de los factores mencionados corresponde a esa sensación de cansancio extremo, sospechar de alguna alteración médica es el paso a seguir. Advierten los especialistas que el hipotiroidismo, procesos psiquiátricos como depresión, trastorno de ansiedad y de pánico, diabetes o anemia crónica son patologías que, entre otras, tienen esa característica de cansancio. Otras enfermedades menos frecuentes, pero también relacionadas con fatiga son la insuficiencia suprarrenal, enfermedades de los músculos, autoinmunes y neurológicas.

“La depresión, por ejemplo, que tiene alta incidencia en el medio: hasta el 20% de la población puede sufrirla, se manifiesta con cansancio, pérdida del disfrute de las cosas. En muchas ocasiones, la familia le va a decir al paciente perezoso, pero es importante saber que detrás de ese cansancio siempre hay algo más, puede ser que no está descansando lo suficiente o tiene otra enfermedad. Antes de juzgar a la persona que se queja de cansancio lo primero que hay por hacer es llevarlo a consulta médica y descartar una enfermedad orgánica”, sugiere Mejía.

Asociado al cansancio es posible que aparezcan otras señales como irritabilidad, agresividad, dolor muscular en el cuello o cervical, disminución del deseo sexual, impotencia sexual, inapetencia, dolores articulares e infecciones recurrentes. Explica Salinas que cuando se desarrolla el síndrome de agotamiento baja la inmunidad, “disminuyen los leucocitos que son las células blancas que nos defienden del ambiente, disminuyen en cantidad y efectividad, por lo tanto, empieza a haber infecciones virales”.

Natalia Ospina Vélez
Natalia Ospina Vélez https://www.1doc3.com

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