La presencia de "ojos hundidos" (endoftalmos) hace referencia a la posición hacia adentro de la cavidad ocular, de uno o de los dos ojos. Para determinar si la posición del ojo se encuentra más adentro de la cavidad ocular con respecto a lo que se considera normal, se pueden utilizar varios puntos de referencia:
- El borde exterior de la órbita.
- Las prominencias (huesos) maxilar y frontal.
- Comparación de la posición de un ojo respecto al contralateral.
Existen múltiples causas por las que se puede presentar esta alteración, algunas son:
- Congénita (herencia).
- Malformaciones o asimetrías faciales.
- Fracturas a nivel del rostro, principalmente a nivel de la órbita de los ojos (causa más frecuente).
- Disminución de la grasa retro-ocular (que está detrás del ojo).
- Alteración de los tejidos blandos que rodean el ojo.
- Alteraciones de los músculos del ojo.
- Metástasis oculares.