Los músculos isquiotibiales constituyen la parte posterior del muslo. Este grupo de músculos tiene una inserción proximal en la pelvis y su inserción distal en la tibia, fémur o peroné. Son muy importantes para impulsarnos hacia adelante, al correr y para mantenernos de pie o en posición vertical. La lesión de los músculos isquiotibiales puede ocurrir cuando se realiza actividad física profesional o amateur como el fútbol, baloscesto, rugby, danza o atletismo. Entre las manifestaciones clínicas de este cuadro se encuentra dolor agudo y repentino en el muslo, sensación de chasquido, aparición de protuberancias dolorosas, hematomas, limitación del movimiento y pérdida de la fuerza. La distensión o desgarro muscular se puede clasificar en leve cuando hay estiramiento de alguna fibra muscular, moderado cuando hay una rotura moderada de las fibras musculares y grave cuando se rompe un gran número de fibras musculares o hay pérdida de la inserción del músculo. El tratamiento de esta condición clínica varía según su gravedad.
Una persona con esta enfermedad puede presentar:
Recuerda que aunque tengas uno o más de estos síntomas, debes confirmar el diagnóstico con tu profesional de la salud.
Puede existir otras manifestaciones además de las descritas, que son menos frecuentes.
Los siguientes signos y síntomas indican que debes acudir al servicio de urgencias , si la enfermedad ya es una urgencia acude inmediatamente o en horas:
Puede existir otros signos de alarma además de los descritos, que son menos frecuentes.
Previene esta enfermedad con estas recomendaciones:
Sin el tratamiento adecuado, esta enfermedad puede causar:
Puede existir otras complicaciones además de las descritas, que son menos frecuentes.