La hiperplasia de la mama también se conoce como hiperplasia epitelial o enfermedad mamaria proliferativa y consiste en un crecimiento excesivo de las células que revisten los conductos o las glándulas mamarias, llamadas lobulillos, dentro de los senos. La hiperplasia a menudo se describe como atípica o usual, en función del aspecto de las células. En la hiperplasia usual las células se parecen mucho a las células normales debido al orden que conservan, mientras que la hiperplasia atípica muestra que las células están algo distorsionadas. Es entonces la hiperplasia atípica mamaria una condición de anormalidad celular, por ende, se clasifica en una afección benigna no cancerígena, sin embargo, padecer de hiperplasia ductal atípica de la mama aumenta el riesgo de contraer cáncer de mama. La hiperplasia atípica por lo general no provoca síntomas, aunque puede hacer que aparezcan cambios en una mamografía lo que lleva a que por sospecha se realice una biopsia y aquí se determine el diagnóstico. La mayoría de los tipos de hiperplasia usual no requiere tratamiento, pero si se detecta la hiperplasia atípica se puede extirpar el tejido mamario circundante mediante cirugía.
Una persona con esta enfermedad puede presentar:
Recuerda que aunque tengas uno o más de estos síntomas, debes confirmar el diagnóstico con tu profesional de la salud.
Los siguientes signos y síntomas indican que debes acudir al servicio de urgencias , si la enfermedad ya es una urgencia acude inmediatamente o en horas:
Sin el tratamiento adecuado, esta enfermedad puede causar: