Si te falta el aire, ¡presta atención!

¿Te ha faltado el aire en algún momento? Probablemente, sí. Entonces, imagínate cómo sería tener esa sensación constante impidiendo, entre otras cosas, actividades sencillas como caminar, ir de compras y hasta ver televisión. Algo así ocurre en las personas con fibrosis pulmonar idiopática, FPI. Una enfermedad poco común que genera daño progresivo en los pulmones debido a una cicatrización anormal en ellos, lo que dificulta la capacidad de oxigenación del cuerpo y genera sensación de ahogo o falta de aire.

En la actualidad, se calcula que la FPI afecta entre 14 y 43 personas por cada 100 mil y se estima que existen, aproximadamente, 3 millones de pacientes a nivel mundial con la enfermedad. La patología tiene mayor prevalencia en pacientes entre los 40 y 70 años, sin embargo, dos tercios de ellos están por encima de los 60 años. La FPI aumenta con la edad y, por lo general, es más frecuente en hombres que en mujeres.

Por su parte, además de compartir signos y síntomas con otras enfermedades respiratorias, la FPI tiene un proceso de identificación complejo, lo que frecuentemente ocasiona que los pacientes sean diagnosticados en etapas tardías de la enfermedad impidiendo que reciban el tratamiento adecuado de manera oportuna.  

No hay cura, sí hay tratamiento

Así es la FPI. Si bien existen tratamientos dirigidos a retrasar la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de quienes la desarrollan, las terapias antifibróticas con las que se cuenta actualmente permiten contrarrestar los efectos de la patología. Se calcula entonces, que con este tratamiento se retrasa la progresión de la enfermedad en un 50% y mejora síntomas como la disnea (falta de aire).

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