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Alimentarse de manera saludable en el trabajo sí es posible

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Claves para una buena alimentación en el trabajo

Para prevenir problemas de salud, las personas deben respetar los horarios, comer con calma y conocer el aporte nutricional de las comidas.

La obligación de comer fuera de casa por motivos de trabajo ha generado un cambio en los hábitos alimentarios de millones de personas. Esta nueva dinámica de vida se ha traducido en graves desequilibrios nutricionales que se manifiestan con problemas de sobrepeso, obesidad, hipertensión, diabetes, gastritis, colon irritable, entre otros trastornos.

Este tipo de rutinas son cada vez más comunes, debido a las grandes distancias entre el trabajo y el hogar, así como las largas jornadas laborales. “Las estadísticas indican que dos de cada tres trabajadores, en las ciudades más grandes, se ven obligados a comer fuera de casa, por lo que esta situación puede provocar un problema de salud pública si no se educa a la población sobre la necesidad de preservar una alimentación saludable durante la jornada laboral”, asegura la nutricionista dietista Alexandra Franco.

Precisamente, pensando en las alteraciones de salud que puede provocar un inadecuado plan alimentario, es conveniente tener en cuenta ciertas medidas que contribuirán a tener un buen rendimiento y mantener una buena calidad de vida.

El almuerzo debe proveer un tercio de los requerimientos de nutrientes diarios. No busques que sea solo apetitoso, sino también nutritivo. Por eso, evita las comidas rápidas. No es sano tener este tipo de alimentación a diario, ya que la cantidad de grasa y de carbohidratos que contienen son perjudiciales para el organismo.

Conoce los ingredientes de lo que consumes. Antes de ordenar, pregunta qué incluye el plato para poder elegir lo que vas a comer, pues muchas veces algunos ingredientes no son tan saludables. Pide primero ensaladas o frutas ya que son fuente de fibra y generan sensación de saciedad. Evita las preparaciones con salsas cremosas o grasosas. También elige alimentos con texturas consistentes, que obligan a masticar, a ensalivar más y a comer más despacio.

Cuidado con los aceites en los aderezos de ensaladas. No siempre su calidad es la mejor, por eso, úsalos en poca cantidad o prefiere vinagretas a base de vinagre blanco, de frutas o balsámico, que tienen pocas calorías. No abuses de los fritos y apanados porque excederás las calorías permitidas. Prefiere preparaciones asadas, cocidas, al vapor, a la plancha o al horno.

Evita llegar al restaurante con el estómago vacío. Dejar mucho tiempo entre una comida y otra hace que excedas las porciones cuando te sientes en la mesa. Para que una dieta sea equilibrada debes realizar cinco o seis ingestas diarias de comida. Así mantendrás estables los niveles de glucosa y también el peso adecuado. En caso de trabajar en una oficina es importante que desayunes en la casa, que comas una fruta a media mañana y que almuerces. En la tarde puedes tomar un yogur o un trozo de fruta y cenar algo ligero.

Respeta los horarios e intenta comer siempre a la misma hora. Tómate el tiempo para almorzar. Comer rápido y a medio pasar los alimentos produce problemas digestivos. Es importante que se no realicen, al mismo tiempo, otras tareas como leer y trabajar en el computador. Este es el momento para olvidarse de las tensiones del trabajo.

Natalia Ospina Vélez
Natalia Ospina Vélez https://www.1doc3.com

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