Tronarse los dedos no provoca artritis

Que la una sea consecuencia de la otra aún no se ha comprobado, lo que sí se sabe es que crujirse los dedos desgasta las articulaciones, tendones y ligamentos.

Como una forma de liberar el estrés, los nervios y la ansiedad, muchos tienen la costumbre de tronarse los dedos, mientras quienes están a su alrededor hacen cara de dolor. Expertos de la Universidad de California y del Colegio de Fisioterapeutas de Cataluña, que han usado el ultrasonido para advertir qué es lo que ocurre, señalan que al hacer sonar los nudillos “es como si hubiera fuegos artificiales explotando en la articulación”.

La razón para que eso ocurra es que el líquido sinovial que rodea las articulaciones también tiene gases que favorecen su lubricación y previenen el desgaste de los huesos. Al tronarse los dedos el espacio entre las articulaciones aumenta y estos gases forman burbujas que explotan provocando ese sonido particular. Como dato curioso hay que saber que solo de 15 a 30 minutos después puede repetirse la acción, pues ese es el tiempo promedio que tardan las articulaciones en regresar a su posición normal y los gases en disolverse en el líquido sinovial.

Pero es cierto eso de que ¿crujir los dedos es el primer paso para la artritis? Aunque hasta ahora no hay investigaciones que lo afirmen, el doctor Donald Unger hizo en sí mismo el experimento durante 60 años. Indica BBC Mundo que este experto se tronó los dedos de su mano izquierda al menos dos veces al día, pero nunca los de la derecha. ¿Su conclusión? “Examino mis dedos y no hay ni un rastro de artritis en ninguna mano”.

Lo que sí se ha descubierto es que tronarse los dedos provoca lesiones en los tejidos blandos, en los cartílagos y, con el tiempo, disminuye la fuerza para tomar las cosas con la mano. Expertos dan como explicación el estiramiento y contracción rápidas y repetitivas de los ligamentos de las articulaciones.

Hay quienes dicen también que tronarse los dedos libera tensión muscular, lo que resulta un mito más, pues esta práctica provoca derrame de líquido sinovial, que sirve como lubricante natural para evitar el roce de los huesos.