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La alimentación complementaria, la cual consiste en ofrecerle al lactante alimentos diferentes a la leche materna (como complemento) , puede iniciarse a partir de los 6 meses de edad, cuando el niño ya es capaz de agarrar objetos con la mano, permanecer sentado, y por lo tanto ha desarrollado las habilidades motoras para comer y tragar. Empezarla antes de los 6 meses, no ofrece beneficios, y por el contrario aumenta los riesgos.
La idea es ir incluyendo un alimento a la vez, para poder evaluar la tolerancia que tiene el bebé a este nuevo alimento, puedes empezar con papillas de fruta, sin adicionar azúcar, ni endulzante. Por ejemplo: el primer día puedes darle una papilla de banano, al día siguiente una de manzana, y así sucesivamente. Cuando veas que tolera bien ambos alimentos, puedes combinarlos, o incluir un nuevo componente, por ejemplo una papilla de banano y cereal (avena). Puedes incluir las compotas; en cuanto a los jugos de frutas, puedes dárselos, pero siempre es mejor la fruta en papilla o compota, ya que no se elimina la fibra de la fruta, y siempre sin azúcar.
En el periodo de los 6 a 12 meses, podrás entonces incluir, frutas, legumbres, hortalizas , y proteínas como el pollo, huevo, carne y pescado. No es necesario adicionar azúcar ni sal a las preparaciones, sí puedes agregar ajo o cebolla en poca cantidad a las sopas o papillas de vegetales, pero siempre adicionando un ingrediente a la vez. En el caso de las sopas, inicialmente puedes ofrecerlas licuadas , pero lo ideal es que para que el bebé pueda probar diferentes texturas y acostumbrarse posteriormente a masticar es que estas sean trituradas con un tenedor, y los pedazos de carne o pollo, pueden ser desmechados y pequeños para evitar que se atore.
Entre los 9 y 10 meses de edad, puedes empezar a incluir lácteos como yogurt, queso fresco.
Los alimentos procesados, el azúcar, la miel, galletas, bollería etc. entre más tarde y en menor cantidad se adicione a la alimentación, mucho mejor, y nunca antes de los 12 meses, al igual que los alimentos duros o enteros que pudieran producir un atragantamiento.
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