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Esta protuberancia se origina por el crecimiento anormal del tejido de cicatrización en las heridas. Aparece como respuesta inflamatoria a un cuerpo extraño, infección de la herida y predisposición genética.
Para evitar síntomas como comezón y dolor o disminuir el tamaño de la lesión, las opciones son:
Para iniciar el manejo debe acudir valoración presencial donde se analiza la extensión y severidad.
No manipule la zona y recuerde que estamos a su disposición.