Correr, saltar, jugar fútbol o tenis son ejemplos de actividades físicas de alto impacto, a diferencia de actividades de bajo impacto como montar bicicleta o nadar. Es decir, se ejerce fuerza y peso sobre la articulación de la rodilla en todas las actividades de alto impacto, sin embargo esto es relevante si ya has presentado lesiones en esta articulación. De lo contrario, no hay ninguna contraindicación para que corras, de hecho es una actividad que te beneficia a nivel cardiovascular y que te mantiene en un peso adecuado si se acompaña de una dieta balanceada. Solo recuerda salir a correr con zapatos adecuados (zapatillas de deporte con suela gruesa) y evitar correr en terrenos irregulares o inclinados.