Medicina General 2488 veces leída
El estilo de vida acelerado, la dependencia de la tecnología, los equipos móviles, incluso, los juegos de video hacen que las personas, cada vez más, le resten importancia a tener horas de sueño saludables.
Para dormir bien no se necesita mucho, basta con garantizar 4 condiciones en el espacio dedicado al sueño y así tener un descanso reparador. De acuerdo con Miguel Dávila Silva, neurólogo especialista en medicina del sueño y neurofisiólogo, para dormir bien es necesario:
De esa manera queda en evidencia que dormir bien no es un asunto complejo, al contrario, tendrá beneficios inimaginables porque, quien lo creyera, pero no dormir es una práctica incompatible con la vida.
“Si se priva del sueño en forma abrupta y total a un recién nacido, es probable que muera en una semana. El sueño se reduce a medida que aumenta la edad, pero hay un límite en que la reducción ya no debe hacerse más. Un adulto joven, sano, duerme una tercera parte de su vida o un poco más, es decir, más o menos de 8 a 9 horas diarias. Si duerme menos tiene muchas consecuencias”.
“Una persona que no duerme no crece igual, porque la hormona del crecimiento se dispara en las primeras 3 horas de sueño y con cada comida principal. Si un niño no duerme suficiente puede quedarse más pequeño de lo que correspondería a su talla genética. Un niño que no duerme bien va a tener irritabilidad, dificultades de concentración, atención y memoria, trastornos de la conducta. Este tipo de niños no se portan bien y, erróneamente, lo pueden considerar como un trastorno de atención e hiperactividad -que es un diagnóstico muy abusado actualmente-, entonces le pueden dar estimulantes y eso termina por dañar el niño.
También hay alteraciones en el estado de ánimo. La falta de sueño baja el rendimiento laboral, causa irritabilidad, aumenta el riesgo de infecciones y disminuye la atención y la memoria. También ha sido asociada con obesidad, diabetes, cáncer de seno y de próstata y mayor incidencia del cáncer colo – rectal.
Dormir es una necesidad del cerebro, se disfruta. En el recién nacido, por ejemplo, el sueño es fundamental en el proceso de maduración del cerebro. Por eso, duerme entre 18 y 20 horas, ese proceso ayuda en la maduración, en la formación de mielina del cerebro que es una grasa que permite la conducción eléctrica entre las neuronas. Ya a los 2 años de edad comienza a presentar características muy similares a las de un adulto y empieza a cambiar a medida que avanza la edad. Nacemos casi dormidos y terminamos casi desvelados, pero eso no es lo deseable”.