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8 verdades sobre la endoscopia y la colonoscopia

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Ambas hacen lo mismo: análisis de vías digestivas. La diferencia es que la endoscopia permite mirar las vías gastrointestinales altas, es decir, el esófago, el estómago y la primera porción del intestino (conocida como duodeno). Mientras que, en la colonoscopia se ve el recto, el colon con todas sus partes, el apéndice y, dependiendo de la destreza del gastroenterólogo, se alcanza a ver la última porción del intestino delgado, aunque no es lo más frecuente.

De acuerdo con Andy D. Schreiber, médico especialista en sedación endoscópica y maestría en investigación, estos exámenes suelen programarse cuando hay alguna sintomatología gastrointestinal específica y para cada uno hay señales distintas.

1. La endoscopia, generalmente, se sugiere cuando hay:

-Dolor en la boca del estómago.

-Vómito abundante o con sangre.

-Mal aliento.

-Sensación de reflujo.

-Dificultad para tragar.

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2. La colonoscopia se solicita cuando hay:

-Dolores abdominales bajos marcados.

-Estreñimiento o diarrea.

-Síntomas de alergias gastrointestinales.

-Sangrado rectal.

-Expulsión de moco vía rectal.

3. Para la realización de ambos exámenes se utilizan equipos de fibra óptica por boca o recto, según sea el caso y el órgano para analizar.

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4. La preparación varía según el examen. De acuerdo con el doctor Schreiber, la endoscopia solo requiere un ayuno de 8 horas, “la persona debe comer temprano la noche anterior. En el caso de que tome pastillas para el manejo de enfermedades crónicas debe hacerlo con poca agua. A aquellos pacientes que se les mueve más lento el estómago, como en el caso de los diabéticos, deben tener aún más tiempo de ayuno, de manera que no se vaya a precipitar algún líquido y se atragante durante el procedimiento”.

Cuando se trata de la colonoscopia es más complejo, porque la preparación para este examen es propia de cada centro que lo haga y puede tomarse de uno a tres días antes del proceso. “Es importante prepararse de acuerdo con las indicaciones, pues hay casos en los que es necesario previamente tomar un laxante (líquido o polvo) o hacerse un enema (lavado) rectal. La preparación para este examen varía demasiado, lo importante es seguir las instrucciones, tener una dieta líquida durante la preparación y un ayuno, mínimo, de 8 horas”, señala el experto.

5. Tienen complicaciones similares. Como ocurre con todo procedimiento, siempre existe un riesgo de alteraciones. En ambos puede presentarse infección, sangrado, dolor, perforaciones, inflamación de las mucosas, incluso, úlceras. Por su parte, los resultados tanto de endoscopia como de colonoscopia, es posible encontrar masas, divertículos en los intestinos, es decir, pequeños sacos. También hemorroides, hongos en ciertos órganos o membranas inusuales.

6. Aptos para la mayoría de las personas. Estos exámenes pueden practicarse desde edades muy tempranas, sin embargo, aquellos en los que no se recomienda es en pacientes con enfermedades crónicas muy marcadas, quienes han tenido un infarto o enfermedades pulmonares severas.

7. ¿Cuándo repetirlos? De acuerdo con el doctor Schreiber todo depende de los resultados que haya arrojado cada uno, a mayor severidad deberá repetirse de manera más temprana, bien sea, a los 6 meses, 1, 5 o 10 años.

8. Se pueden hacer bajo sedación, cuando haya mucho dolor, el procedimiento genere mucha incomodidad o ansiedad.

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Natalia Ospina Vélez
Natalia Ospina Vélez https://www.1doc3.com

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