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A despedirse de los señalamientos para las personas con epilepsia

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Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, se estima que en el mundo hay cerca de 50 millones de personas con epilepsia y aproximadamente el 80% de ellos viven en países de ingresos bajos y medianos, una proporción, que es mucho mayor frente a las demás regiones del mundo, y que oscila entre 7 y 14 casos por cada mil personas.

Desde el año 2008, el mundo celebra cada 26 de marzo el Día Púrpura, una fecha que busca visibilizar la realidad de quienes desarrollan epilepsia, uno de los trastornos neurológicos crónicos más comunes, que afecta a niños y adultos de todas las edades.

Estigmas y muchos mitos se tejen todavía alrededor de esta enfermedad caracterizada por convulsiones recurrentes que, de acuerdo con la OMS, pueden afectar a una parte del cuerpo (convulsiones parciales) o a su totalidad (convulsiones generalizadas) y a veces se acompañan de pérdida de la consciencia y del control de los esfínteres.

Es importante aclarar que, si bien el síntoma principal de la epilepsia son las convulsiones, una sola no se considera enfermedad. Las personas que la desarrollan tienen repetidos episodios de convulsiones.

“Las características de los ataques o crisis epilépticas varían dependiendo de la zona del cerebro en la que empieza el trastorno y puede afectar diversas partes del cuerpo. En el 60% de los casos, las causas son de origen desconocido (idiopática), aunque también pueden deberse a factores hereditarios. La epilepsia se considera refractaria cuando las crisis son tan frecuentes que impiden que el paciente pueda llevar una vida normal o cuando el tratamiento anticonvulsivante no controla las crisis”, explica el neurólogo Iván Gaona.

Algunas causas se desconocen

De la enfermedad, algunas de las razones que la provocan son conocidas, sin embargo, no en todos los casos es posible identificarlas. De acuerdo con la Academia Americana de Médicos de Familia algunas cosas que pueden incrementar los riesgos de epilepsia incluyen:

-Genética: las personas que tienen un padre o hermano que tenga epilepsia están en mayor riesgo de desarrollarla.

-Traumas en la cabeza: las lesiones graves en esta parte del cuerpo pueden ocasionar epilepsia, algunas veces, la enfermedad se manifiesta varios años después de la lesión.

-Infecciones: algunas como meningitis, encefalitis y sida pueden incrementar el riesgo de epilepsia.

-Otras patologías: la enfermedad de Alzheimer, la apoplejía, los tumores cerebrales o los problemas con los vasos sanguíneos en el cerebro son condiciones médicas que pueden incrementar el riesgo de desarrollar epilepsia.

-Alteraciones durante el embarazo, nacimiento o desarrollo temprano: en algunos casos, las infecciones en la gestación, los problemas durante el nacimiento, los defectos cerebrales congénitos (en el momento del nacimiento) o las lesiones en el cerebro de un bebé pueden ocasionar la epilepsia.

Adiós al señalamiento

Subestimar sus capacidades o minimizar las oportunidades de que cumplan sus propósitos es uno de los errores más comunes en el entorno de las personas con epilepsia. Esta no es una enfermedad mental, mucho menos una señal de baja inteligencia. Tampoco es contagiosa. Normalmente, las convulsiones no ocasionan daño cerebral, por lo tanto, queda más que claro que una persona con epilepsia no es diferente a los demás.

“Vamos a decirle a los pacientes, a sus familias y en especial a quienes por desconocimiento discriminan a las personas con epilepsia, que la enfermedad no es un impedimento para cumplir sus sueños, mucho menos, para que puedan hacer actividades cotidianas, tales como tener hijos, practicar deporte, viajar, estudiar, ir al cine, montar en avión, bailar. Pueden lograr esto, solo si llevan un tratamiento adecuado y una permanente supervisión médica”, explica Paula Martínez, directora del Comité Temático de Epilepsia de la Asociación Colombiana de Neurología, ACN.

¿Cómo actuar ante una convulsión?

La Academia Americana de Médicos de Familia da algunas pautas para asistir a las personas en estas ocasiones.

  • Conserva la calma.
  • No muevas a la persona a otro lugar.
  • No intentes evitar que la persona se mueva o tiemble.
  • No intentes despertar a la persona gritándole o agitándola.
  • Retira los artículos que pudieran ocasionar lesiones si la persona se cae o tropieza con ellos.
  • Gira a la persona suavemente hacia un costado para que cualquier líquido salga de la boca con seguridad.
  • Nunca intentes abrir la boca de la persona por la fuerza ni coloque nada dentro de la boca.
  • Coloca algo blando (como una almohada) bajo su cabeza.
  • La mayoría de convulsiones no son potencialmente mortales. No necesitas llamar a un médico o a una ambulancia a menos que la persona no sepa que tiene epilepsia o a menos que la convulsión dure más de 5 minutos.
  • Cuando termina la convulsión, observa señales de confusión en la persona. Permite que la persona descanse o duerma, si así lo desea.

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Natalia Ospina Vélez
Natalia Ospina Vélez https://www.1doc3.com

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