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El cerebro de la mujer se ‘prepara’ para ser madre durante el embarazo

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En esa época de gestación el cerebro femenino experimenta cambios, específicamente, reducciones significativas en la materia gris en regiones asociadas con la cognición social. Según los investigadores, estas modificaciones se deben a un proceso de adaptación hacia la maternidad, enfocadas en mejorar su capacidad para proteger e interactuar con el niño, así lo explica un artículo publicado en Nature Neuroscience.

“Creemos que la reducción se debe a un proceso similar a la poda sináptica que tiene lugar durante la adolescencia, donde se eliminan las sinapsis (conexiones neuronales) débiles para favorecer un procesamiento mental más maduro y eficiente”, señala Susanna Carmona, una de las directoras de la investigación.

Y es que se sabe que durante el embarazo hay aumentos radicales de hormonas y adaptaciones biológicas, pero los efectos de estos cambios, sobre el cerebro, todavía se desconocen. Sin embargo, para este estudio los científicos compararon la estructura del cerebro de mujeres antes y después del primer embarazo, encontrando que el embarazo implica cambios duraderos, al menos durante dos años después del parto, en el cerebro de la mujer.

Para el estudio hecho por investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona, UAB, y el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas, IMIM, los científicos compararon imágenes de resonancia magnética de 25 mujeres embarazadas antes y después del parto y un grupo control formado por 20 mujeres que no estaban embarazadas. Para este hallazgo se hizo un seguimiento que duró cinco años y cuatro meses.

Mediante el análisis de imágenes de resonancia magnética, los científicos observaron cómo en las mujeres que han vivido su primer embarazo se reduce el volumen de la materia gris en regiones implicadas en las relaciones sociales, “probablemente los cambios corresponden a una especialización del cerebro para encarar los retos que supone la maternidad”, explica Oscar Vilarroya, investigador de la UAB y del IMIM y director del grupo que realizó la investigación.

El estudio permitió determinar, sin ambigüedad, si una mujer de la muestra había estado o no embarazada en función de los cambios en el volumen de estas áreas del cerebro e, incluso, predecir el grado de vínculo con el bebé después del parto según habían sido estos cambios.

Los investigadores no han encontrado que el embarazo provoque ningún cambio ni en la memoria ni en otras funciones intelectuales en las mujeres estudiadas y, por tanto, creen que la pérdida de sustancia gris no implica ningún déficit cognitivo, sino todo lo contrario.

“Los resultados apuntan a que esta plasticidad cerebral inherente al embarazo tiene un fin evolutivo destinado a que la madre infiera eficientemente las necesidades de su bebé”, indican las investigadoras Erika Barba-Müller y Elseline Hoekzema.

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Natalia Ospina Vélez
Natalia Ospina Vélez https://www.1doc3.com

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