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Huesos y músculos sanos para toda la vida

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A lo largo de la vida el sistema osteomuscular presenta cambios y alteraciones que, en muchas oportunidades, pueden prevenirse con buena alimentación y actividad física.

Cambios en la apariencia física, en la marcha o en la postura son señales que indican que algo está pasando. Si bien en algunos casos, de acuerdo con la edad, puede resultar un asunto normal, en otras etapas de la vida sí es preciso atención médica. Para conocer más del tema, 1DOC3 habló con Lina Vélez, ortopedista del Hospital Universitario San Vicente Fundación.

En la niñez ¿cuáles son los motivos de consulta más frecuentes?

Son varios. Pero lo que se presenta con mayor frecuencia son las afecciones músculo esqueléticas. Cuando empiezan a caminar hay trastornos en la marcha y alteraciones en la alineación de las extremidades, muchas de ellas son fisiológicas, es decir, que son normales para el desarrollo de los niños. Muchos padres consultan porque ven a los niños con las rodillas juntas y piernas muy separadas y eso, en distintas etapas del crecimiento, es parte normal del desarrollo y alineación de las extremidades.

Otra causa en población infantil es la alteración en los pies. Algunos consultan por la presencia de pie plano, sin embargo, puede tratarse de un cojinete, es decir, la presencia de tejido graso en la región plantar del pie que puede ser normal hasta los cuatro años.

Algo que también es frecuente, es lo que se conoce como dolor del crecimiento y que hoy es denominado como dolor benigno de la infancia y se produce porque los músculos y tendones crecen a una velocidad diferente a la de los huesos. Estos últimos pueden crecer un poco más rápido y dan la apariencia como si los músculos y tendones se encogieran, entonces el niño tiene que hacer un esfuerzo adicional, lo que genera fatiga y el niño lo expresa como dolor.

En la preadolescencia y en la adolescencia los dolores están más relacionados con la actividad física…

Sí.  En esta edad se manifiestan alteraciones asociadas a las prácticas deportivas, dolores que no son de crecimiento, sino que hay que pensar en tendinitis o inflamación en los sitios de inserción de los tendones y pueden estar asociados a enfermedades sistémicas o inflamatorias que afectan el organismo. Por lo tanto, la inflamación de los tendones es muy característica de los pacientes que van teniendo prácticas deportivas de mayor exigencia, incluso, aquellos con entrenamiento competitivo.

¿Y en la edad adulta?

A medida que pasa el tiempo se van encontrado enfermedades asociadas a actividades laborales en el adulto joven. Muchas dolencias osteoarticulares pueden estar relacionadas con malas posiciones o largas horas de trabajo. Quienes están todo el tiempo sentados, por ejemplo, con frecuencia experimentan dolor de espalda o en la cadera, por asumir todo el tiempo la misma posición. Es por esa razón que se hace tan importante la valoración y la recomendación de salud ocupacional para tener bienestar en el trabajo.

Y en la vejez, ¿la osteoporosis no se hace esperar?

En edades más avanzadas hay dos alteraciones degenerativas clásicas. Una de ellas es la artrosis que es el desgaste que se produce en las articulaciones por el uso. Las articulaciones están cubiertas por una especie de tapete que les da recubrimiento a los huesos, cuando hay sobreuso se dejan expuestos, hay alteración en el líquido que lubrica la articulación, se presenta el desgaste y los síntomas.

En el caso de la osteoporosis, esta enfermedad está relacionada con la edad y la supresión de las hormonas protectoras en la mujer, lo que hace que el hueso se descalcifique, se vuelva débil y propenso a fracturas. Esta enfermedad requiere de mucha atención porque la fracturas que más provoca son las de columna y cadera, estas últimas con una mortalidad del 30%, una cifra similar a la del infarto que puede prevenirse con buena alimentación y suplementos vitamínicos cuando se disminuye la calidad del hueso.

¿Cuáles son las claves para una buena salud osteomuscular?

Lo principal es una buena alimentación, rica en calcio contenido en la leche y los derivados lácteos, además de algunos vegetales verdes como la espinaca y las coles. En las dietas vegetarianas hay que tener cuidado porque el calcio y las vitaminas que tienen los vegetales vienen unidas a otra molécula que el organismo humano no es capaz de absorber. También es definitivo eliminar el cigarrillo y las bebidas alcohólicas porque se sabe que disminuyen la eficacia del calcio y las vitaminas. Además, evitar el sedentarismo.

Natalia Ospina Vélez
Natalia Ospina Vélez https://www.1doc3.com

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