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La alimentación variada, fundamental en la edad escolar

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La inmunidad, el desarrollo físico e intelectual dependen en gran de medida de la buena nutrición de los niños. Acá algunas recomendaciones.

Una vez comienzan el colegio, el control de los padres sobre lo que sus hijos comen disminuye, lo que se convierte en un reto grande para ellos, dado que la alimentación es pilar definitivo, en los primeros años de vida, para lograr una buena salud, así lo explica la nutrióloga pediatra Silvana Dadán.

¿Qué funciones dependen de la correcta alimentación de los niños?

“Todo el desarrollo y el enfrentamiento al medio ambiente tienen su base en lo que ellos comen. Una alimentación que provea proteínas, vitaminas y minerales, con seguridad, le permitirá al niño hacer frente a ese desafío de seguir creciendo, teniendo huesos fuertes. Sin embargo, en la edad escolar una correcta alimentación influye en el desarrollo, en el aprendizaje de las funciones superiores, el razonamiento, el lenguaje, las funciones abstractas y toda la parte de defensa o inmunidad”.

¿Qué recomendaciones dar a los padres para garantizar la buena alimentación de sus hijos?

“La edad escolar es de las etapas más críticas en la vida porque es cuando menos posibilidades tienen los padres de supervisar que están comiendo, por eso hay que tener en cuenta que el desayuno y la cena siempre se harán en la casa y deben ser siempre fuertes, equipados y con buena calidad en los alimentos que consumen. Un buen desayuno siempre va a incluir fruta o vegetales, una harina, un alimento lácteo adicionado con vitaminas y minerales, todo esto es crucial y va a ser un punto importante de partida para el día.  Lo mismo en cuanto a la lonchera, siempre debe contener un alimento lácteo, adicionado con vitaminas y minerales, este va a ser uno de los comodines más importantes para que el niño resista toda la jornada. Para asegurarse de que los niños estén recibiendo todo lo que necesitan, sin tener que recurrir a ayudas extras, la clave es incluir alimentos de diferentes clases”.

Usted habla de alimentos fuertes y equipados ¿cómo no confundir eso con excederse en el tamaño de las porciones?

“Las porciones dependen de la edad de los niños. Si hablamos de un producto lácteo con dos vasos en el día estamos cubriendo la necesidad de calcio y de zinc del niño. Cuando están entre los 8 o 10 años se van a necesitar de dos y medio a tres porciones, lo mismo ocurrirá con los otros alimentos. Entre los 5 y 9 años es necesario proveerles de dos porciones de vegetales en almuerzo y cena, además de dos porciones de frutas que deben ser enteras, crudas o picadas para asegurar que realmente proveen de vitaminas y minerales. Es importante tener en cuenta que no es igual comer una fruta cruda entera o en porciones que cuando se usa para hacer jugo. En este último caso, se rompe todo el contenido de fibra, de vitaminas y antioxidantes. Lo mismo ocurre con los vegetales, hay unos que tienen la posibilidad de consumirse crudos y el valor nutricional de ellos va a ser más saludable”.

¿Y los fritos?

“Este tipo de alimentos deben evitarse. Sin embargo, cuando los padres lo ofrezcan debe hacerse de forma eventual y en casa, no en la calle”.

¿De qué manera enseñarles a seleccionar lo que deben comer?

“La educación comienza en casa, si allí se empieza a enseñar cómo se debe comer y qué comer, lo que se gesta en la raíz de la casa nunca no se pierde. La adición de sal según la Academia Americana de Pediatría está permitida después del primer año de vida, igualmente de azúcar o de otro edulcorante, pero en la porción lo que adicionamos en sal y azúcar depende de la edad del niño, cuanto más escuetas sean esas adiciones, mayor se ha correlacionado a largo plazo con salud”.

¿Qué alimentos son infaltables en la dieta de un niño?

“Para que los padres se aseguren de proveer todo lo que su hijo necesita en la edad escolar y garanticen buena capacidad cognitiva, crecimiento adecuado y hacer frente a los gérmenes que pululan en el ambiente, tanto respiratorios como gastrointestinales, el plan de alimentación debe incluir:

  • Agua.
  • Granos.
  • Vegetales y frutas.
  • Carnes blancas o rojas, o huevo.
  • Grasas saludables como el aguacate.
  • Alimentos lácteos ligeros adicionados con vitaminas y minerales.
  • Harinas, idealmente, integrales, porque son las que más conservan sus valores nutritivos.

En definitiva, con alimentación variada no hay necesidad de dar suplementos extras. Además, compartir el tiempo de alimentación en familia ayuda a prevenir enfermedades como trastornos de conducta alimentaria”.             

Natalia Ospina Vélez
Natalia Ospina Vélez https://www.1doc3.com

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