5 claves para prevenir la violencia sexual

Educar y dialogar con niños, adolescentes y sus padres sobre este tipo de problemáticas son conductas claves para evitar este tipo de abusos.

1. Reconocer que el abuso y violencia sexual son delito.
2. Fomentar el diálogo permanente y abierto con niños y jóvenes.
3. No aceptar invitaciones o regalos a cambio de tener que aceptar conductas que atenten contra su integridad y seguridad.
4. Potencializar conductas de autocuidado y protección, incentivar en el niño la idea de mi cuerpo es mío y solo yo decido sobre él.
5. Escuchar, desde la familia, a los niños, usar los términos adecuados para referirse al cuerpo y la sexualidad.

“Entre más informados estén los padres, niños, niñas y adolescentes mayor prevención puede hacerse frente a este tipo de problemáticas”, bajo esa premisa Janeth Santiago Muñoz, psicóloga y referente técnico nacional para el tema de violencia sexual del ICBF, habló con 1doc3.

¿Cómo se define el concepto de violencia sexual?

“Cuando hablamos de ella, nos referimos a una problemática compleja, multifactorial, que implica factores a nivel sociopolítico, religioso, cultural. Estamos hablando de tres modalidades específicas: el abuso sexual, la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes y la trata de personas. Hemos definido la violencia sexual como cualquier acto u omisión orientada a vulnerar el ejercicio de los derechos humanos sexuales o reproductivos, dirigidos a mantener o a solicitar un contacto sexual ya sea físico, verbal o a participar en algunas interacciones sexuales mediante el uso de la fuerza o la amenaza de abusarla, la intimidación, la cohesión, el chantaje, la presión indebida, el soborno, la manipulación y cualquier otro mecanismo que anule o limite la voluntad personal que tenga el niño, niña o adolescente para decidir sobre su sexualidad y reproducción”.

¿De qué manera reconocer que estoy siendo víctima de violencia sexual?

“Existen diferentes indicadores: físicos, comportamentales y de la esfera sexual. En los físicos se pueden observar, por ejemplo, heridas en la parte genital, sustancias en genitales, boca o ropa cuando presentan algunas Enfermedades de Transmisión Sexual, ETS. Algunos presentan síntomas de encopresis (cuando el niño luego de ir al baño ensucia su ropa nuevamente) o enuresis (orina que no puede controlarse), también pueden existir algunas autolesiones o intentos de suicidio por  lo ocurrido.

Dentro de los indicadores comportamentales, podemos observar pérdida de apetito del niño, llanto frecuente injustificado, miedo a estar solo o con alguna persona en particular, el niño tiende a aislarse, a retraerse, puede presentar conductas de agresividad, problemas escolares, sentimientos de culpa o de vergüenza.

En cuanto a indicadores con la esfera sexual, podemos hablar de que existen algunas conductas seductoras o sexualizadas, comportamientos sexuales inadecuados para la edad, uso de cierto lenguaje sexual que no está acorde a la edad, confusión sobre orientación sexual, rechazo a esas manifestaciones de afecto, no se dejan abrazar, tocar o dar un beso. Unos más, presentan agresiones sexuales a otros pares.

Si bien estos indicadores nos permitirían identificar que ese niño, niña o adolescente está siendo víctima de violencia sexual, es importante decir que con la presentación de uno de ellos no vamos a catalogar que es víctima. En ese sentido, es importante una valoración por personal experto que valore los síntomas y concluya si es víctima o no de violencia sexual”.

¿Quiénes son los que más provocan este tipo de actos?

“Hemos visto que la mayoría de los casos de violencia sexual se presentan dentro del contexto familiar, es perpetuado por alguien muy cercano al núcleo familiar, un amigo, un vecino, un tío, un primo, los padrastros y hasta los mismos padres. Tenemos identificado también que en su mayoría son hombres, mayores de edad”.

¿Por qué las personas no denuncian estos casos?

“Por vergüenza, porque no quieren que su niño, niña o adolescente sea estigmatizado, muchas veces los padres lo hacen para no exponer al niño, para que no tenga que contar en detalle lo que ha pasado. Además, a veces los padres sienten culpa y se preguntan por qué no estuvieron más pendientes de sus hijos. Desde el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, nuestro discurso esencial es que la violencia sexual es un delito que siempre hay que denunciar, las personas que lo han sufrido deben recibir una ayuda y tratamiento especializado. El ICBF tiene una oferta institucional amplia, contamos con 206 centros zonales con equipos especializados para atender la problemática. Tenemos convenio con la Fiscalía General de la Nación donde se creó el Centro Especializado a Víctimas de Violencia Sexual, allí un equipo interdisciplinario atiende este tipo de casos. También contamos con una línea de atención gratuita las 24 horas (018000112440), allí hay psicólogos especializados que orientan en la ruta de atención”.