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Meditar es bueno para la salud

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Meditación

Si bien se requiere de un tiempo para aprender a hacerlo, esta práctica milenaria tiene más bondades de las que muchos pudieran imaginar.

Desconcentración y dificultad para conservar la mente en silencio son algunas de las razones por las que muchos abandonan la meditación en el camino, lo que no saben es con un poco más de práctica, paciencia y, en ocasiones, orientación por parte de quienes saben, bastará para alcanzar los beneficios que esta práctica representa no solo para la salud física sino mental.

“Lo difícil no es meditar, es aprender a desconectarse. Meditar es hermoso y lleva un tiempo. Si la persona que quiere aprender es juiciosa, después de uno o dos meses de hacerlo, mañana y noche, notará el cambio. Hay que aclarar que meditar es no pensar, es desconectarse”, explica Adriana Uribe Perfetti, terapeuta de sanación e instructora certificada por el Chopra Center.

En ese proceso, liberarse de las tensiones o, por lo menos, aprender a manejarlas es asunto fundamental, no solo para avanzar en la práctica de la meditación, sino para tener buena salud. En ese sentido, Adriana explica que la salud, definitivamente, es estar sin estrés, “es aprender a respirar porque por estrés nos olvidamos de inhalar y exhalar las veces necesarias por minuto dependiendo de la edad, cuando estamos estresados y cansados nos olvidamos de que tenemos que desconectar la mente, porque cuando nos dormimos, seguimos pensando en el negocio que vamos a hacer mañana, cuando estamos cansados y trabajamos, lo primero que llegamos a hacer a la casa es a prender las noticias, entonces es seguir enviando más información al cerebro. Cuando estamos trabajando y el tiempo se nos vuelve corto por una agenda tan exigente, se nos olvida qué fue lo que comimos a la hora del almuerzo, estamos a las carreras chequeando la agenda, el celular, escribiendo en el computador, de manera que el cuerpo y el sistema nervioso central no alcanzan en ningún momento a comprender y a entender qué es lo que ocurre”.

Razones para meditar

Precisamente, para lograr un equilibrio frente a todas las exigencias del mundo de hoy, la meditación se convierte en herramienta poderosa, pues además de reducir la ansiedad, esta práctica favorece el descanso, fortalece el sistema inmunológico, disminuye la presión arterial, por lo tanto, reduce el desarrollo de hipertensión, disminuye el ritmo cardíaco, además que desarrolla la paz interior y despierta la creatividad.

Complementario a esta práctica, la experta sugiere realizar alguna actividad física, no menos de tres veces por semana y alrededor de 45 minutos. El sueño también fundamental, para lo que recomienda conciliar el sueño a eso de las 10 de la noche e ir acostumbrando al cerebro a hacer las veces de despertador, sin necesidad de ningún aparato adicional.

Finalmente, la forma en que empezamos el día resulta importante para preparar el cuerpo para la meditación, lo que se traduce en mayor energía y, obviamente, en mejor salud. Al respecto, Adriana aconseja adoptar esta rutina.

  1. Una vez despertamos lo primero por hacer son ejercicios de respiración, “porque hay que oxigenar la sangre y el cerebro para después pasar a la meditación”.
  2. Realizar ejercicios de estiramiento, también conocidos como de activación energética, “son una serie de movimientos cortos que no demoran más de media hora y sirven para activar el sistema digestivo, circulatorio, respiratorio, visual y auditivo”.
  3. Las horas ideales para la meditación diaria son 6 de la mañana y 6 de la tarde, por ser los momentos en el que el sol y la luna tienen mayor fuerza energética.
  4. Ahora sí comienza a organizar el día. “Lo primero es limpiarse la lengua para eliminar las bacterias, luego tomar un poco de agua, esperar media hora y desayunar. Así activamos los órganos, los limpiamos y ya estamos listos para recibir los nutrientes. Deepak dice no es comer, es saber comer. Es diferente cuando me como una manzana en un lugar relajado, sin estar hablando, sintiendo el primer mordisco, que se vaya procesando por el sistema digestivo, esperar cinco minutos después del alimento para que el cuerpo procese los nutrientes, las vitaminas y empiece a distribuir por todo el organismo”.

En este último punto, la forma en la que se procesan los alimentos también juega un papel importante, hacerlo de la manera más natural es la recomendación, además combinar los seis sabores en la mesa: dulce, ácido, salado, picante, amargo y astringente. Entre estos últimos están el algarrobo, la granada, la guayaba y el sauce entre otros.

Natalia Ospina Vélez
Natalia Ospina Vélez https://www.1doc3.com

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