El exceso de energizantes, un hábito que pone en riesgo la salud

Por su alto contenido de neuroestimulantes estas bebidas alteran desde la función cardiovascular hasta el sistema nervioso central.  

Más allá de saber que estos productos permiten estar despiertos y activos por más tiempo, ¿qué tanto conoces sobre estas bebidas? ¿Las consumes? ¿Cuántas latas al día? Bastará con decir que el consumo excesivo de energizantes genera adicción y tiene efectos tóxicos severos. Por contener estimulantes cerebrales como cafeína, ginseng, taurina, carnitina y guaraná, precipitan no solo el sistema nervioso central sino otros sistemas en el organismo.

Explica el neurólogo Luis Alfredo Villa que las bebidas energizantes “activan la función cardiovascular, producen taquicardia, aumentan la presión arterial, pueden provocar hiperactividad, irritabilidad, tendencia a la sobreactividad emocional como agresividad, cambios en el humor y estado de euforia exagerada. En personas que tienen trastornos de base o predisposición a ellos existe la posibilidad de que cuando empiezan a tomar estas sustancias desarrollen enfermedad maniaco depresiva, trastorno afectivo bipolar, exaltación anímica o depresión. Incluso, en ciertas estructuras de personalidad pueden producir adicción, ese es el gran problema, pues por contener neuroestimulantes esto puede llegar a compararse con tomar anfetaminas”.

Si bien el efecto de estas sustancias dura en el cuerpo hasta 120 minutos, no se puede decir que su consumo debería ser prohibido bajo cualquier circunstancia. El experto aconseja que sea solo en situaciones específicas, por ejemplo cuando se deben hacer turnos de noche, y no superar 1 o máximo 2 dosis en el día.

Los energizantes no se mezclan con otras sustancias

Combinados con alcohol o drogas, estas bebidas se convierten en perfectos cocteles explosivos. Por esa razón, el journal Pediatrics in Review advierte sobre el uso de bebidas energizantes en adolescentes, en especial si se potencian al mezclarse con alcohol. “Al actuar sobre el corazón una sustancia inhibitoria (el alcohol) y otra estimulante (la cafeína), se puede llegar a producir una arritmia cardíaca. Como la cafeína inhibe el efecto del alcohol, la persona no se da cuenta de que está ebria y sigue tomando. Así aumentan los riesgos de llegar a sufrir una borrachera importante, y hasta un coma etílico. En estos casos el hígado también se ve seriamente comprometido”.

Incluso, con medicamentos de base para el control de otras enfermedades es necesario tener especial cuidado, pues al combinarlos con estas bebidas se puede potenciar mucho más el efecto energizante y alterar el funcionamiento del organismo.

Por su parte, datos de la Organización Mundial de la Salud, OMS, afirman que “tan poco como 50 miligramos de cafeína puede inducir taquicardia y agitación. En sobredosis, la toxicidad de cafeína puede imitar la intoxicación de anfetaminas y conducir a convulsiones, psicosis, arritmias cardíacas y, potencialmente, la muerte”.

La composición de los energizantes

Taurina. Este es uno de los aminoácidos más comunes en el cuerpo humano. No hay evidencia de que esta sustancia sea nociva para la salud. Se ha dicho que su uso beneficia el desempeño de los deportistas.

Ginseng. Esta sustancia mejora el rendimiento físico y mental. Sin embargo, cuando se consume en grandes cantidades se eleva la posibilidad de padecer insomnio.

Cafeína. Mientras una taza de café contiene de 80 a 120 miligramos, una de té 50 y una Coca-Cola 65, una lata de energizante contiene 505 miligramos.

Azúcar. Los energizantes la tienen en alto nivel, de 21 a 34 gramos por cada 8 onzas, lo que incrementa el riesgo a padecer problemas dentales y obesidad.

Guaraná. Se calcula que 1 gramo de este componente tiene alrededor de 40 miligramos de cafeína. Por lo tanto, explica la FDA (el organismo encargado de la regulación de alimentos y medicamentos en Estados Unidos) que cuando una bebida dice contener cafeína más guaraná, en realidad contiene más cafeína.