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Ese líquido espeso y blanco que se libera durante la eyaculación, además de dar indicios sobre la fertilidad de un hombre, puede señalar también otras anormalidades.
Hablar del semen va mucho más allá de los espermatozoides y de la capacidad de un hombre de concebir hijos. El análisis de esta sustancia o tan solo estar atentos a cualquier cambio en el semen, puede dar más información de la que muchos creen. Al respecto, el urólogo-sexólogo Juan Fernando Uribe Arcila, da algunas claves:
Volumen: la cantidad del semen dice mucho de la salud sexual. El volumen mínimo normal es de dos centímetros cúbicos, lo que equivale a una cucharita de café. Volúmenes mayores a seis centímetros cúbicos comienzan a ser anormales, aunque dependen del tiempo de abstinencia. Las enfermedades de la próstata, por ejemplo, pueden disminuir dramáticamente el volumen de semen.
Color: el normal suele ser en tonos de blanco perla u ostra. Cualquier tonalidad diferente se califica como anormal. Café o negro, puede relacionarse con sangre vieja; rojo, sangre nueva; amarillo o verdoso podría ser señal de infección.
Olor: el olor típico remeda al hipoclorito de sodio. Es un olor químico, fresco, que no es fuerte, ni ofensivo. Olores desagradables pueden ser generados por ciertos alimentos como el atún o los espárragos, igual que en la orina. Olores similares al amoníaco suelen hablar de infección. En general, cualquier olor llamativo en el semen debe ser motivo de consulta.
Textura: la textura inicial del semen recién eyaculado es viscoso. En menos de cinco minutos comienza el proceso de licuefacción (más líquido), situación que es normal y se debe a una proteína llamada antígeno específico de la próstata, PSA.
Alimentos: suelen ser benéficos para el semen la L carnitina, el zinc y el selenio. De las vitaminas, la C y la E suelen tener efectos benéficos. Entre las frutas, los cítricos y los arándanos. El ejercicio físico y el no fumar redundan en mejorías en el semen.
Efectos nocivos: las enfermedades venéreas, el abuso de sustancias como la marihuana, el calor excesivo, los computadores portátiles sobre el área genital, el cigarrillo, el exceso de alcohol y los traumas deportivos o fortuitos afectan la cantidad o la calidad del semen.