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¿Qué tanto sabes de la culebrilla?

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Sintomas-del-herpes-zoster

También conocida como herpes zóster, esta enfermedad es causada por el mismo virus de la varicela. La enfermedad se propaga a través del contacto directo con la erupción y no por el aire. Mujeres embarazadas y recién nacidos deben aislarse completamente de las personas que tengan la enfermedad, pues puede provocar sordera en los niños.

Quienes hayan tenido varicela en algún momento de su vida, sin duda, son candidatos a desarrollar culebrilla. ¿La razón? Una vez superada la varicela, el virus permanece en el cuerpo y se alberga en las células nerviosas, permanece allí ‘dormido’ a menos que una baja de defensas, altos niveles de estrés o el consumo de ciertos medicamentos lo activen.

Como un dolor muy fuerte y que arde, la culebrilla afecta los nervios, “es decir, la parte del cuerpo que facilita la sensibilidad, por eso, es muy doloroso, es un dolor tipo urente, o sea que quema, es muy molesto, incluso, con el roce de la ropa. Casi siempre se presenta en el tórax, pero puede dar en cualquier parte del cuerpo y a cualquier edad. En los adultos está más asociado a una baja de defensas, debido a que este es un virus oportunista, es decir, que está pendiente de una alteración en las defensas para aparecer”, señala Juan Felipe Montoya, médico del grupo EMI.

Síntomas de la culebrilla

Las primeras señales de la enfermedad son lesiones en la piel tipo roncha y evoluciona a ampollas que se agrupan de manera lineal, debido a que esa es la forma como anatómicamente está distribuido el nervio. Entre las primeras manifestaciones, advierte la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, también se incluyen ardor o dolor punzante y hormigueo o picazón, generalmente en un lado del cuerpo o la cara. “El dolor puede ser leve o severo. Si la culebrilla aparece en la cara, puede afectar la vista o el oído. El dolor de la culebrilla puede durar semanas, meses o incluso años después de que las ampollas han sanado”.

De esta enfermedad se sabe que puede durar cerca de un mes en el cuerpo. Montoya señala que una vez el virus se incuba, en 3 o 4 días empiezan a darse las primeras manifestaciones, al quinto día la lesión aparece y dura aproximadamente 10 días. Posteriormente, así haya sanado, la persona puede quedar infectante hasta 14 días después. “El virus queda latente, no muere del todo, se calma y se queda viviendo dentro del nervio. Hay pacientes que quedan con molestia, eso se conoce como neuralgia postherpética y se refiere a un dolor tipo quemante en la zona afectada, así la lesión haya desaparecido, porque el nervio queda tan inflamado que queda con dolor crónico”.

Una enfermedad sin cura

Así es la culebrilla, sin embargo, el tratamiento oportuno con medicamentos antivirales y para el manejo del dolor puede ayudar. El Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas señala que una vacuna puede prevenir la culebrilla o disminuir sus efectos. La vacuna se recomienda para las personas de 60 años o más. En algunos casos, los médicos pueden recomendarla a personas de entre 50 a 59 años.

Finalmente, hay que decir que es equivocada esa idea de que si los dos extremos de la culebrilla se juntan llega la muerte. Lo que ocurre es que, en el caso del tórax, la enfermedad comienza de atrás hacia adelante y muchos piensan que puede dar la vuelta, lo que es falso, dado que los nervios a cada lado de la espalda son diferentes.

Natalia Ospina Vélez
Natalia Ospina Vélez https://www.1doc3.com

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