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Asegurar la leche materna durante los primeros mil días de vida de los niños, además de aportar los nutrientes necesarios, les garantiza mejores condiciones de salud en el futuro.
Un vínculo poderoso y una inmunización natural, eso es amamantar, un acto al que ninguna madre debe renunciar si quiere garantizar protección para su hijo. Y es que la leche materna tiene más propiedades de las que uno pudiera imaginarse. Señala la revista Nuevo Comienzo, que la lactancia materna es la primera oportunidad que tiene una mujer para asegurar la salud, bienestar y felicidad que toda madre desea para sus hijos. “Un bebé que es puesto al pecho de su madre a los pocos minutos de nacer, además del valioso calostro, recibe una cálida corriente de amor, una espontánea sensación de paz y seguridad similar a la que ha estado acostumbrado durante tantos meses dentro del vientre. Durante los primeros meses, el bebé necesita varias de las condiciones que le ayudaron a crecer dentro del útero. Una de ellas es estar muy cerca de su madre, sentir la seguridad de su presencia, el calor de su piel, escuchar los latidos de su corazón y el timbre de su voz”.
Más allá de esa conexión que desarrollan ambos, las propiedades de los nutrientes de la leche materna son indispensables para el desarrollo y crecimiento del bebé. Advierte Wilson Daza Carreño, gastroenterólogo pediatra, que los niños amamantados tienen menos posibilidades de tener enfermedades como alergias, sobrepeso u obesidad, y en la edad adulta disminuye para ellos la probabilidad de hipertensión, enfermedad coronaria o alteraciones derivadas de esos kilos de más.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, OMS, la leche materna debe darse como alimento único durante los primeros 6 meses de vida y luego, como alimento complementario por el mayor tiempo posible, ojalá hasta los 2 años, cuando el niño ya consume todo tipo de alimentos que le aportan los nutrientes necesarios para su desarrollo y crecimiento.
Angustia y preocupación son sensaciones que muchas madres, especialmente, primerizas experimentan cuando se enfrentan a esos primeros días de lactancia. Ahí es necesario aclarar que para tener una buena experiencia de amamantamiento es importante prepararse desde la gestación, para ello la clave está en alimentarse bien.
Al respecto, Daza Carreño aconseja respetar los horarios de cada comida, tener variedad de alimentos en cada una de ellas: carbohidratos, grasas, proteínas, vitaminas, minerales y agua, pues un contenido importante de la leche materna es agua. “En la lactancia materna los remedios caseros no son la salvación, con alimentarse bien es suficiente. Una ventaja para las mamás durante el embarazo es comer diferentes tipos de alimentos, pues los olores son percibidos por el bebé y cuando comienzan con la alimentación complementaria va a ser mucho más fácil, lo recordarán y no les parecerá un olor extraño”.
Asegurar que ese momento tan especial entre ambos se haga en un lugar tranquilo, donde la madre esté desocupada, sin estrés, hará que la producción de leche aumente, así mismo, entre más se mantenga el contacto boca-pezón, habrá mayor estímulo neurológico en la madre, lo que favorece la producción de leche.
Cuando hay problemas para amamantar, bien sea por tiempo o porque la madre no produce lo suficiente, acudir a un banco de leche en las instituciones de salud que lo provean o hacer el propio, puede ser una alternativa para garantizar el consumo de leche materna al bebé.
Indica el gastroenterólogo que con un buen lavado de manos antes de la extracción y envasar el líquido en porciones pequeñas que correspondan a lo que en promedio el bebé puede consumir, es suficiente. “La leche materna expuesta a una temperatura normal, cerca de 25 grados centígrados, puede durar por fuera entre 4 y 8 horas, en la parte de debajo de la nevera puede durar de 2 a 5 días, y en el congelador alrededor de 2 semanas”.
Finalmente, es importante saber que una vez descongelada la leche debe usarse completamente y no volverla a congelar. Además, para garantizar las condiciones de higiene acudir a las bolsas especiales de recolección es una alternativa segura.